miércoles, 9 de abril de 2008

Compilación de ponencias del I Encuentro de Escritores Coahuilenses




Este libro se publicó gracias a la iniciativa e interés por parte del Patronato del Teatro Isauro Martínez y el Instituto Coahuilense de Cultura, al cuidado editorial de Mariana Ramírez Estrada en cosa de dos semanas, por eso es digno de reconocerse. A todos los que participamos en el I Encuentro de Escritores Coahuilenses (La Laguna literaria me ha adoptado, cosa que agradezco y considero) nos entregaron ejemplares del mismo el primer día del evento.



Claro, en dicha publicación podemos encontar detalles, defectos y carencias en las ponencias, que no en la edición, pues el tiempo apremiaba y había que entregar el texto cuanto antes para que se fuera a imprenta, hablo por mí en principio. El texto de mi autoría que se incluye allí es el mismo que leí en la mesa de ponencias pero mucho más amplio y detallado en esta misma.



Bien por la empresa del encuentro, por la publicación y por el interés mostrado por los participantes. Para ser una primera edición estuvo muy bien en cuanto a organización y propuestas y resultados. Para muestra: el libro aludido.
Mi ponencia:
Voces emergentes en La Laguna Poética

La Laguna, que abarca 5 municipios de Coahuila y 10 de Durango, ha tenido a lo largo de un siglo escritores comprometidos con la poesía, sobresaliendo los autores nativos o radicados en Torreón, ciudad centenaria, o de otros estados pero adoptados por La Laguna Poética. Ha logrado reunir en muestras que han pretendido ser lo más representativo en esta área en dos títulos, creo, fundamentales para entender de lo que estoy hablando, uno es Condominio de poetas, compilación que hace Saúl Rosales Carrillo y editado por la Dirección Municipal de Cultura en 2002 y Las voces del tranvía. Muestra Poética de La Laguna, compilación de Rossana Conte y editado por la Dirección Municipal de Cultura y el Consejo Centenario en 2007.

Dice Prado Galán en el prólogo que escribe para Las Voces del tranvía:
En la comarca lagunera los poetas se multiplican y celebran /enhebran el canto múltiple, plural, que toca aristas diversas, los tonos y registros van del molde canónico, clásico, tradicional, a la experimentación lúdica…
(Las voces del tranvía, prólogo, pág.21)

Es decir, desde los primeros poetas paisajistas, hasta los amantes del verso libre, aunque hay quienes todavía escriban sus versos rimados, más no medidos.
Pero de los poetas que a mi humilde parecer son quienes en un futuro no muy lejano serán las voces poéticas de La Laguna son a los que me quiero referir en estos apuntes un tanto correteados: poetas jóvenes que no rebasan los 35 años pero que ya han dado muestras de su talento y de su oficio como escritores, autores que además experimentan diversos registros y ambicionan traspasar las fronteras locales y regionales a través de su expresión, así tres de los cuatro jóvenes poetas de los que en este espacio casi me limitaré a mencionarlos han publicado en medios nacionales e internacionales. Otra característica de estos autores es que son poetas lectores y es evidente en sus creaciones. Sus voces son muy distintas entre sí pero tienen en común el riesgo que toman al coger la pluma y la seriedad con que se toman su oficio, aunque falte todavía que llegasen a madurar y consolidar una obra ya en ciernes. Los menciono en orden cronológico de nacimiento:

Carlos Reyes Ávila (Torreón, Coah, 1976), Maestro en Filosofía por la Universidad Veracruzana y autor de más de 6 títulos de poesía y de una novela que recién acaba de ver la luz editorial en el reconocido Fondo Editorial Tierra Adentro, El círculo de Eranos, que además tuvo mención honorífica en el Premio Nacional de Novela Joven Frontera de palabras/ border of words. Carlos Reyes está antologado en varios libros y ha publicado en numerosas revistas literarias del país. Ha obtenido varios reconocimientos a su obra, sobresaliendo el Premio Nacional de Poesía Tijuana con su libro Claridad en sombra, que recomiendo ampliamente por la unidad en su conjunto, por la autonomía en cada poema, el riesgo que toma y relación con el lenguaje. Un botoncito de muestra:
PUNTA DE LÁPIZ EN RISTRE

Los nombres son los ejes
sobre los que reposa el mundo.
Columnas transparentes
a la orilla de las horas.
Espejos de ciudades:
claridad redonda
Siglos envueltos en llamas:
tigres que se desgajan
¿Las horas tienen rostro o es sólo
el nombre delineándose?
Presencias circulares
van directo a la memoria
y levantan la arquitectura de la ciudad

pero más allá de los jardines
la identidad celebra su danza puntual
donde se deshojan pájaros
y las ventanas enamoran
sonámbulos relámpagos.

Una fuente se desangra
es el sol con uñas largas
es el diluvio del silencio
mostrándonos el envés de las palabras.
Del libro Claridad en sombra


Daniel Maldonado (Torreón, Coahuila, 1978) autor de varios libros de poesía; los que se han publicado son Los otros males y Engranajes memoriales, ha sido becario del Fondo Estatal para la Cultura y la Artes de Coahuila y está incluido en varias antologías, entre ellas en una edición bilingüe francés/español – español/francés Chants de Pierre/Cantos de piedra, Alianza francesa, Dirección Municipal de Cultura, 2005. Su registro busca experimentar con la musicalidad y le impone ciertos ritmos a sus poemas que le dan una singularidad a este poeta de voz firme e iracunda:
Me resquebrajo

recorrido por bufones que asaltan su propia hipocresía sacando como lengua la sonrisa
En multitudes que derriban sus hogueras
Entre bisontes y camellos que no saben si su bestialidad y su paciencia brindarán la duda
Aquí
donde el azar nos dio nuestro propio imperio para hacer con él nubarrones disidentes.

Como quien toca el dedo que congratula al piano
me van surcando las presencias ajenas, el tiempo de otra trama
tallan sus raíces con un fuego de madera justo en las quijadas del redoble
me rodean de cerezos vomitivos en un aria de venganza.

Me resquebrajo
en el azote de la luz consagrada por los buitres
en la cadera cuya frondosa estirpe no ocasiona lineamientos
pretextada para subir arenas
para calcinar el azar, la mitra y la tonsura
y detener con argamasa la grieta y su sustento.

(De parte III de Sorbos de bar)


PARA MATAR UN TIEMPO
Gemido de clavos en la crucifixión, la hora implanta higueras en cuyos frutos se saborean naderías. Yo la recorro como la plaga al caparazón de la tortuga al registrar la opacidad de su celda. Subo por sus astas armado con vértigos clorofílicos en el mareo del abismo boca arriba. Dispongo de caballerías formadas por langostas, regimientos artillados con hambres que martillean manecillas y latidos, dientes torneros agotando su cal contra el silencio.

Victima del cronismo vegetal, seca hasta la concreción vinculada al pasto, la hora es magullada en las arterias por mi mano que fricciona y ficciona la abulia fusilada contra el paredón de este entintamiento.
(De parte V de Sorbo de bar)


Carlos Velázquez (Torreón, Coahuila, 1978), más conocido como narrador por su libro de cuentos Cuco Sánchez Blues y el Premio Nacional Magdalena Mondragón en el mismo género, aunque ejerza también la escritura del verso, de los Carlos, Velázquez y Reyes, dice Eusebio Ruvalcaba que son “poetas perrros” y con ese mote se encuentran en la antología Tres poetas perros de Cábula Ediciones, Sonora, 2007. Por su agresividad expresiva, dardos lanzados con dirección y sentido precisos.
En la poesía de Carlos Velázquez hay humor y pornografía, voluptuosidades, concupiscencia:
El fuego de tu orgasmo levanta un breviario del desiertosobre él una cruz de absoluto amaneceruna pasión que sólo se representa los domingosAgua sexual en mi boca o en mi cuerpohiedes a todas las calles sin semáforo a libidos profanasLa noche y la luna las llevas dentroen el ano y en la vulva donde a tu deseo le plazcay en los dedos de la oscuridad que se atreva a masturbartea estrujarte como a un saxofóndios no debió maldecir el tajo que abrió entre tus piernasla divinidad es una mierda de los más sexualeres una virgen que riega las flores con su menstruación

Al leerlo pensamos inmediatamente en que no tiene pelos en la pluma, él dice y canta como se le da la gana pero con sentido. Tiene otro poemario inédito que ha titulado El diablo anda entre adobes como un niño con la boina sucia, que esperamos ver pronto circular por aquí, cito fragmento:
Todos somos hijos de un mismo orgasmo el mundo como un tajo abierto por dos dedos de sola golpes de mala salud mental nos recuerda la fe que no tragamoslos himnos hechos talcoQué decepción saberlodios es una viejita que vende semillas afuera del estadioahora sé que soy un muro sin personalidad genética
(Tres poetas perros, elecciones afectivas México)

Daniel Lomas (Torreón, Coahuila, 1978) que viene escribiendo desde hace unos años en que comenzó a participar en el taller literario de la UIA Laguna coordinado en ese entonces por Jaime Muñoz Vargas, antologado en los libros Hoy no se fía y Mañana tampoco, colectivos publicados por la Universidad Iberoamericana Laguna. Recientemente le publicaron su primer obra individual en la Colección Arteletra coordinada por los hermanos Javier y Gilberto Prado, su plaqueta lleva por título Una costilla de la noche, versos de corte sencillo pero intensos en su sentido expresivo. Creo que vendrán muchos títulos más de este joven autor:
BRUNELLO
Con los años mi ignorancia crece
y ahora, más que nada,
tengo fe
en vivir igual que si imitara a mi dulce perro
que en sus horas de solaz
va y se tiende con toda su sabiduría y sus kilos
sobre el césped del jardín
y allí permanece monástico
bajo el sauce llorón.
Ya no pregunto más por el sentido de las estrellas
y sé que todos mis días
vienen atados con el finísimo hilo de un destino
que desconozco,
que desconoceré
hasta que la muerte no desenhebre la punta de la
madeja.
(De Una costilla de la noche)


He mencionado apenas los nombres, obras y reconocimientos de estos jóvenes autores, cité apenas fragmentos; en un trabajo posterior y con mayor espacio podríamos dedicarnos a hablar sobre los rasgos característicos en sus obras. Pero ahora lo importante sería dedicarnos a leerlos, conocerlos, pues no tengo duda que en poco tiempo estarán entre las voces coahuilenses imprescindibles. Muestra de ello, como ya comenté, serían sus títulos publicados, las antologías donde aparecen y los estímulos y premios a los que se han hecho acreedores. Hay que seguirles la pista en esta Laguna Poética.

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