miércoles, 16 de abril de 2008

III Encuentro Internacional de Poetas en Ciudad de Delicias, Chihuahua





Recién llegado del III Encuentro Internacional de Poetas en Delicias, Chihuahua. Y como ya es característico de todo ese gran estado: la amabilidad en nuestros anfitriones, que hace que uno se sienta verdaderamente como en casa.

Contaré con mayor calma en un round.

Saludos a todos los poetas que asistieron y con los que conviví y conbebí tres días con sus noches.


Yo llegué a las primeras horas del viernes 11 de abril en un camión guajolotero desde Torreón. Sí, de esos camiones que no tienen baño y hacen más ruido de lo que avanzan, pero eso no es todo, los alambres salidos de todos los asientos rompieron mi pantalón de pana. Al ponerme en pie me regresó el alambre bien aferrado al pantalón. Así, dicho camión y porque le recordé al chofer, me dejó a orillas de la carretera, en las afueras de Ciudad de Delicias. Cruzé la carretera para alcanzar la luz de una gasolinera y pedir un taxi de sus teléfonos. En cinco minutos un taxi llegó y me llevó al Hotel del Norte (todo un museo de reliquias y antigüedades) dispuesto para los poetas que participaríamos en el encuentro.


Llegué a la una de la mañana al Hotel, de allí ver qué habitación me habían asignado. Era el segundo piso en la habitación 126, creo, pero ya estaba ocupada por dos poetas, que además refunfuñaron al ser despertados por mi persona y me sugirieron buscar un espacio más adecuado. Luego les digo quienes fueron porque si no se enojan conmigo Ignacio Martín y Félix Pacheco, ups.


Así, bajé a recepción para ver dónde podía acomodarme y descansar de los golpes de alambres que traía en la espalda.


Me encontré entonces con Daniel Wences, de Michoacán, que andaba un tanto extraviado por sus cigarros ¿o al revés?

Me compartió su habitación y alllí nos quedamos. Pero quiero comentarles de la diversidad y pluralidad de registros y voces que se dieron cita en ese rincón del país. Incluso iré citando versos: pero lo que sí nos quedó muy claro a todos es que el verdadero encuentro se dio en la habitación 119 del Hotel del Norte el sábado 12 desde las doce de la noche hasta las cinco de la mañana en que salimos, los que quedábamos, en busca del líquido ámbarino.

Los poetas de la tina, poetas sireneros, poetas a-tinados.
Texto de nuestra guapa compañera venezolana Siddharta Mejías. En él podemos observar una mezcla de religiosidad (tópico universal) en el fondo, con una propuesta moderna en la forma (manera de distribuir sus versos) creando ritmo, danza y cruz - a la manera de los caligramas de Apollinaire- en sus palabras. Va:
Ten piedad de nosotros…

SAGRADO
corazón
CRISTO
de
sanación
MANO poderosa SANTA cruz
OJO enigmático MANTO sagrado JESÚS del exorcismo
SANTO sudario SUDOR sacrosanto
DEDO
faculto
ESPÍRITU
santo
PIE
bendito
SANDALIA
consagrada
LLAGAS
milagrosas
CUERPO
de
cristo
SANGRE
de
cristo

…DIOS…
Te hemos hecho pedazos!



Siddharta Mejías
Aparecerá su primer libro indivual a través de una editorial del estado venezolano llamada "El perro y la rana". Es licenciada en Comunicación Social y apasionada de la poesía, actualmente participa como facilitadora de talleres sobre comunicación y en la organización de encuentros con la poesía en diversas comunidades del país.
Participa en la producción de la segunda temporada del programa de radio "Cuentos y cantos". Aprendiz de la Maestría en Estudios del Discurso de la Universidad Central de Venezuela.
Va un texto de Daniel Wences, autor michoacano. Y en verdad quiere bailar e invitarnos a hacer lo mismo en este texto, pero no cualquier baile; tiene que ser uno donde la confrontación sea evidente. Ritmo en el desenfrene y en el splín:
PARA INICIAR UN TANGO DESPUÉS LA COPA


bailar bailar hasta pisar sus llagas
hasta herirlo de los pies al cuello tanto
repetir el paso un ritmo incontrolable yo
tanto quería mirar su sangre tanto
pero no / clavel que no se aplasta
presentó una vida en las paredes
en el infinito hueco hurgado prieto
qué me dice qué me dice
de la voz deshecha qué me dice
agrégueme su lengua soy mentira
existí suspiro unos segundos
me extinguí en la madrugada
ya lo sabe / la traición / el viento
las cosas de nunca fui mentira
existí suspiro para verlo cerca
desmentirlo en mi nariz que es suya
la culpa toda por su culpa por su culpa
pídame que duerma repita su silencio
y me retracto soy mentira se lo juro
no existo compruébelo a su lado
pídame un retorno prometo
esconderme en el buró en su tráquea
salir de este espejo colibrí de frente
exístame / se lo suplico



Daniel Wence




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